El camarín. Ahora que vino el fresco es aún más frío. No me
genera quedarme mucho más tiempo que una hora, aunque a veces sea inevitable y
me quede más tiempo.
Opté por ir al lugar cuando quedan muy pocas huellas de los
actores. Sin embargo queda su carga (por mas que no tenga muchos objetos)
impregnada en las paredes, en sus percheros y en algunos objetos olvidados por ahí.
al ser (casi) habitué del lugar, veo como los actores
transitan rápidamente por ese pequeño cuarto, se visten - desvisten, se
peinan - despeinan. Pero lo más importante que me queda sonando es como en unos
pocos minutos todo se convierte. Cómo pasan a transformarse en otro, cómo se
ponen en piel. Son otros por una hora.
La dualidad queda en el camarín.
Que tal Marina, muy buenas las fotos. En mi trabajo tengo una perspectiva parecida a la tuya.
ResponderEliminarMe gustó la foto de la peluca tirada en el suelo. Excelente iluminación!
Éxitos!
Hola Marina, me gusta como trabajas con la luz y sombra y la tonalidad de la serie. Misterio, oculto, la presencia de la huella.
ResponderEliminarMe encanta esa idea de la dualidad, y lo veo muy bien en la anteultima foto.
La foto de las pelucas esta muy bueno, tiene otra mirada muy particular.